domingo, noviembre 28, 2010

Irlandeses humillados



¡Si sabremos nosotros los argentinos de humillaciones de este tipo! Y ahí están los irlandeses comidos por la lógica del capital financiero internacional al que responde todo el establishment económico mundial. Ese capital financiero internacional que ha entronado a la especulación y que, cuando ésta hace tronar a las economías, privilegia salvar a los bancos por sobre los pueblos.

Pero nosotros tuvimos esa suerte histórica que nos puso a Néstor Kirchner en la presidencia y que hizo todo lo que hizo para frenar al FMI y negociar como negoció la deuda externa argentina. Los Kirchner no sólo nos ahorraron nuevas humillaciones ante el FMI y el establishment financiero internacional (a las que nos tenían acostumbrados y padecíamos con Menem y De la Rua), sino que además nos devolvieron la dignidad como pueblo. Porque justamente antepusieron al pueblo argentino a la voracidad del capital financiero internacional.

Nada de lo que hicieron los Kirchner en la Argentina está sucediendo en Irlanda. Entonces, ayer sábado al menos 50 mil irlandeses se manifestaron en contra del plan de austeridad que en cuatro años deberá recortar 20 mil millones como condición para recibir el rescate financiero de la Unión Europea y el FMI. Durante la protesta, que partió de los muelles del río Liffey y se dirigió a la oficina postal donde fue leída en 1916 la declaración de su independencia, los asistentes calificaron la ayuda –que podría ascender a 113 mil millones de dólares– como una “humillación”. La marcha fue organizada por la asociación de sindicatos irlandeses, ICTU, la cual manifestó que de seguir adelante los planes del gobierno se causará un daño “irreparable y convertirán a este país en un lugar desolado económica y socialmente”. Por su parte, el presidente del sindicato SIPTU, Jack O´Connor, manifestó que el plan de austeridad es una “declaración de guerra contra los trabajadores que ganan menos”, por lo que el rescate de la UE y el FMI debería estar orientado para “salvar a la gente, no a las cúpulas de los bancos”.

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