Marcamos en un post el día de ayer, cómo a partir de la columna de Joaquín Morales Solá comenzaba un operativo de desprestigio del Senado de la Nación. Suponíamos que tal operativo se debe a la propia ineptitud de la oposición para concretar sus jugadas políticas. En el caso de la columna Morales Solá hablaba de la desazón de los chacareros, todo su proyecto de bajas de retenciones podría llegar a naufragar en la Cámara Alta.
Al respecto de este tema, nos sorprendió el Senador Samuel Cabanchick con sus declaraciones. Reproducimos lo publicado en el Pasquín Perfil: “tengo un desagrado por las expresiones vertidas por colegas, son generalizaciones que hacen mal a la República y las instituciones”, al tiempo que aseveró que no le “consta” nada de lo denunciado. “Hay un clima de presunción en la política argentina respecto de los caminos un tanto torcidos para determinar voluntad política y tenemos el recuerdo de la Banelco”, manifestó el representante de Proyecto Buenos Aires Federal (PROBAFE). “Es imprudente hacerlo, sobre todo por las experiencias pasadas, que le han costado al país un vicepresidente de la Nación”, afirmó en referencia a Chacho Álvarez.
El filósofo graficó que “es como si el kirchnerismo hubiera salido a decir que los votos de aquellos que al principio no estaban alineados en contra de la 125 y luego votaron para derogarla estaban comprados por los grandes hacendados” y marcó que no es un buen ejemplo para los ciudadanos que senadores y diputados se acusen sin precisiones: “Si ellos lo están diciendo debe ser cierto, dice el pueblo, por eso es mejor que fundamente la acusación con nombre y apellido”.
nos mudamos
Hace 2 años
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