No sé si recuerden al grupo denominado “sushi” que estaba compuesto por los supuestos jóvenes “astutos” que secundaban a Fernando De la Rua. ¡Hasta recuerdo que Clarín les sacó una amplia nota en su revista dominical alabando su inteligencia, formación y honestidad! El grupo sushi estaba liderado por Antonito De la Rua y participaban Aíto De la Rua, Darío Lopérfido, Hernán Lombardi, Lautaro García Batallán, Ramiro Agulla, Cecilia Felgueras y Andrés Delich. Pues bien entre las muchas cosas brillantes que sostenía este grupo, una cuestión fundamental tenía que ver con la relación con los medios. El chiste de toda la política, según este grupo, era que los medios de comunicación dieran buenas noticias respecto de la gestión. Se trataba de “vender humo” (Lombardi dixit) Todo era cuestión de imagen. Lo demás, estaba demás. Molestaba. Eso de militar, armar política en los barrios, formar cuadros, etc. “estaba pasado de moda”. El propio Chacho Álvarez se lo creyó y sostenía que no necesitaba un “aparato”, porque su relación con la ciudadanía “era directa a través de los medios”. ¡Ufff! La democracia de audiencias diría Bernard Manin.
Ya ven, esta forma de pensar la política sigue vivita y coleando en la gestión Macri. (Porque él hace gestión, no política y gestiona mal, pésimamente mal). Todo es cuestión de imagen, de marketing político, de vender un “producto”. Así, algún diseñador diagramó el logo, los colores, las consignas y hasta el nombre de la agrupación política PRO (¡ninguna construcción colectiva, que va!), Durán Barba le dice lo que tiene que hacer para cuidar su imagen y así son las cosas. Y cuando está en problemas, en vez de responder institucionalmente como correspondería según su investidura, llama a una conferencia de prensa. Porque de lo que se trata es de “tratar directamente con los ciudadanos a través de los medios” y dice lo que Durán Barba le dice que tiene que decir según lo que conviene al marketing político (esto es que le eche la culpa de todo a Kirchner).
Pero bue… como hasta los medios amigos y hegemónicos ya no lo pueden sostener dada la dimensión de su torpeza y empiezan a criticarlo y, los porteños somos muy boludos pero también tenemos un límite y ya tanto no le creemos a Mauri, entonces cambió de estrategia y ahí va el tarambana a pedir su propio juicio político.
En todo caso lo que tenemos es una prolongación de la “astuta” visión sushi de la política. No es casualidad que muchos sushis o allegados a éstos de primera, segura tercera y cuarta línea (¡son de cuarta!) en la Presidencia De la Rua ahora estén con Macri. A saber: Horacio Rodríguez Larreta, Hernán Lombardi (lo siguen los de cuarta Baltasar Jaramillo, Viviana Cantoni), etc. etc.
nos mudamos
Hace 2 años
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