En la madrugada del 15 de julio la Argentina dio un paso enorme en pos de la igualdad. Se aprobó el matrimonio igualitario. Es una gran noticia para quienes militamos por la igualdad (y, en consecuencia, por la libertad). Pero esta gran noticia que nos enorgullece -yo creo que a la mayoría de los argentinos-, ha puesto en aprietos a la carrera política de otro argentino: Jorge Bergoglio. Sí, sí, me pregunto: ¿cómo queda su aspiración a ser papa ahora que en su propio país se aprobó semejante ley tan despreciada por la iglesia católica? Ummmm… Yo no conozco la rosca de los curas ¡qué oscura! Pero supongo que nada bien le debe caer a Bergoglio, quien pretende suceder a Ratzinger. Si ni siquiera puede mandar sobre los feligreses en la Argentina, ¿cómo podría hacerlo en todo el mundo si llega a papa? Recordemos que cuando Ratzinger fue electo como papa, nuestro querido Bergoglio sacó el segundo puesto. Bueno, en todo caso, que este personaje tenga menos chances ahora de ser papa que antes es una buena noticia para todo el campo nacional y popular. ¿Se imaginan qué horror un papa argentino como Bergoglio? ¡Dios nos libre! (¡Uh, cierto que soy apóstata!). Se nos vendría la restauración conservadora. Pero bue… esperemos que eso no suceda.
Y también este 15 de julio el socio de Jorge Bergoglio, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, recibió la noticia de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que confirmó por unanimidad su procesamiento en el marco de la causa en la que se investigan intervenciones telefónicas irregulares. Así, el tribunal rechazó un recurso de apelación presentado por la defensa de Macri. Me pregunto: ¿cómo queda su aspiración de ser presidente de la nación? Ummm… Difícil Macri. Es más, difícil que pueda seguir en la ciudad. Además, es tan, pero tan burdo el argumento de que todo es un armado de tramposo de Kirchner que todos los del Pro quedan como unos tontos cuando lo sostienen.
En fin… naranjas (el color integrista en contra de la igualdad) y amarillos (el color de la derecha liberal-conservadora del Pro) en problemas. ¡Buenas noticias para el campo popular!
No hay comentarios:
Publicar un comentario