Hoy me encuentro con la necesidad de reflexionar acerca de los otros. Ese gran otro que puede estar encarnado en el taxista quejoso reproductor del discurso de los medios, que puede estar en el comentario de la vecina de barrio recoleta cuando ve una foto de cristina en un diario, que se puede encontrar en un defensor de la mesa de enlace que habla de la responsabilidad 0 que tienen sobre los casos de trata rural, en la editorial del día de la fecha del diario Clarín, o en aquel que en algún momento supo ser un gran amigo.
En diferentes ocasiones hemos planteado la necesidad de militar diariamente la deconstrucción de los discursos vacios de contenidos y repletos de desinformación. Pero creo que este año más que antes, se requiere armarse de paciencia y tranquilidad a la hora de entablar un debate con algunos de estos sujetos.
Personas, que habitan la contradicción permanente, la inconsistencia argumentativa y la falta de lógica, lo cual demuestra la falta de reflexión y de racionalización del discurso. Subjetividades donde prima la irracionalidad del odio, de la bronca, de la desesperación ante la debilidad de sus argumentos. Estas personas, que cuando discuten no pueden mantener una conversación, se alteran, gritan, insultan y caen en los lugares mas comunes y patéticos, representan nuestro mayor desafío.
Se los dice alguien que también se apasiona al hablar, que mas de una vez eleva el tono de voz, pero que así y todo está sorprendida de observar la metamorfosis de la gente, su devenir monstruoso en defensores de una sociedad que quieren que sea solo para unos pocos, que existan los marginados, que las cosas no se cambien y que llegan a afirmar que este gobierno es lo mismo que el menemismo; si esta gente está!
Seamos críticos del gobierno, corrámoslos por izquierda, exijamos más, que no haya corrupción, que exista transparencia, que se democratice la toma de decisión, que se comuniquen mejor, o lo que quieran reclamar. Pero por favor, no le hagamos el juego a la derecha y digamos que esto es lo mismo que el menemismo porque los Kirchner aumentan su capital, porque se descubren casos de corrupción o porque aún queda mucho por hacer.
Seguramente hoy escribo motivada por la tristeza de ver los efectos de los medios monopólicos de información sobre amigos, profesionales, gente que ha perdido la capacidad de pensar y con eso ha perdido su libertad.
los saludo compañeras y compañeros deseándoles que puedan dar la batalla cotidiana para avanzar en la profundización de este proyecto nacional y popular del que somos parte porque creemos en la posibilidad de alcanzar una sociedad más justa.
PD: pero para alcanzar ese sociedad soñada hay que trabajar y operar en la realidad con lo que ello implica, no mantenerse pulcro en los márgenes criticando y marcando los errores.
nos mudamos
Hace 2 años
Hola Génesis
ResponderEliminarMuy interesante tu planteo, en particular; "personas, que habitan la contradicción permanente, la inconsistencia argumentativa y la falta de lógica, lo cual demuestra la falta de reflexión y de racionalización del discurso...representan nuestro mayor desafío". Es admirable como lo resumiste, pero hubo algo que atrapó singularmente mi atención: "habitan".
Si el Bicentenario (al menos en mi mirada) significó la posibilidad de resignificar el "Nosotros", de proyectar, como decís, una sociedad más justa e inclusiva, fue porque existe un apropiarse de esos ideales, marcarlos como la utopía de transformación a seguir necesariamente. Somos sujetos de nuestras pasiones, estamos implicados e involucrados, cada uno desde su modesto lugar. No ocultamos que hablamos desde una concepción del universo.
Justamente, quienes se limitan a "habitar" suelen estar libres de contradicción, porque suelen seguir a la "opinión pública", el pensamiento predigerido de la falsa "neutralidad", que no tiene el menor empacho en sostener contradicciones como la "libertad del mercado". Son "la gente", puro vaciamiento de significación. Nunca serán "el pueblo".
Por eso, no son. Apenas habitan.
Un gusto comentar en este blog.
¡Muy bueno compañera! Espero poder estar a la altura de las circunstancias en esta batalla, que tenemos que dar todos quienes queremos un país más igualitario. No será fácil, pero ahí vamos, para adelante.
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