martes, enero 11, 2011

El odio viene de la derecha

Nos conmueven los asesinatos ocurridos en Tucson, Arizona. La congresista Gabrielle Giffords fue atacada a tiros cuando se encontraba en una reunión política. La senadora demócrata hoy se encuentra agonizando, otras seis personas murieron. Giffords ganó la última elección por un estrecho margen en un territorio signado por el odio a la inmigración (Arizona es un estado lindero a México) y también por el intenso debate por la reforma en salud promovida por el presidente Obama.

Muchos han afirmado que el ataque a Giffords fue un hecho delictivo común hecho por un “loquito”. Lo presentan así como un hecho aislado. Pero pensar en estos términos es absolutamente irresponsable sino inclusive cómplice de la violencia. Existe en los Estado Unidos un movimiento de extrema derecha llamado Tea Party, sus banderas son el desprecio por la política y el gobierno en cualquiera de sus manifestaciones. Los políticos y el gobierno, con argumentos llevados al absurdo, son presentados como una amenaza para la buena gente que habita en la sociedad civil. Ergo, desde el movimiento Tea Party defienden al extremo la no intervención del gobierno (en tanto representante del estado) en ningún asunto, cualquier acción de éste es tomado como una violación a los derechos individuales, a la privacidad, a la iniciativa privada, al mercado, etc. Cualquier acción del gobierno y de los políticos representa una “amenaza comunista”.

Los miembros de Tea Party y, en particular una de sus principales líderes, Sara Palin profesan abiertamente el odio. (Recordemos que Palin fue candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano en la última elección). Odio en contra de los inmigrantes (especialmente los latinoamericanos venidos desde el sur), odio en contra de los pobres (quienes son considerados unos haraganes y a los cuales no quieren mantener con el pago de sus impuestos), esos mismos pobres que han sido los mayores beneficiarios de la reforma de salud promovida por Obama, etc. En este contexto, Palin y los suyos son los responsables de este ataque. Recordemos que en su discurso intolerante llegó incluso a señalar a la senadora Giffords como una enemiga, a la que se la mostró como un objetivo apuntado por la mira telescópica de una arma.

Pues bien, el Tea Party y su diatriba del odio articulan un entramado discursivo que sirve de superficie de inscripción para estos ataques que se muestran justamente llenos de odio. No se trata pues de la acción aislada de un “loquito”. Ese “loquito” accionó porque hubo un discurso que lo legitimó. Lo legitimó el discurso del odio que profesa la derecha.

Y aquí radica mi preocupación porque por estas pampas también tenemos unos cuantos profetas del odio. Desde el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, que hace declaraciones xenófobas en contra de los inmigrantes de nuestros países vecinos, pasando por periodistas como Sandra Borghi que desde Radio Mitre pide inmigrantes de “calidad, no cómo los que vienen en la “inmigración descontrolada”, hasta llegar a los románticos hombres puros y buenos productores del campo que tildan de “yegua” a la Presidenta de la Nación y producen una revuelta bajo los típicos argumentos de la derecha “el estado se está metiendo la mano en mi bolsillo”, “no quiero pagar más impuestos”, “esa guita la destinan a mantener a los negros de mierda”, y todas esas cosas que hemos escuchado por aquí.

¡Cuidado porque los profetas del odio generan violencia! Y la violencia viene de la derecha.

3 comentarios:

  1. Hola Güera
    Muy cierto que el odio viene por derecha, casi una marca registrada. El odio viene acompañado de la descalificación del otro, de su borrarlo como sujeto: deja de ser "persona" y pasa a convertirse en el "boliviano de mierda". Y una vez que abriste esa puerta, dejás entrar a los jinetes del apocalipsis. Habrá que seguir atentos entonces.
    Saludos

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  2. Hola
    Te había enviado un comentario, pero creo se me borró. Sintéticamente, te decía que estas cosas son casi una marca registrada de la derecha cuando la mano no le es favorable. Siempre este odio de la derecha está basado en un profundo desprecio por el otro "que no es como uno", al que se le despojan todos sus atributos de persona, y ahí, cuando sencillamente pasó a ser un "boliviano de mierda" es cuando le abriste la puerta a la violencia. Por supuesto, para completar el cuadro, esto debe ser expuesto y repetido mediáticamente hasta el punto donde comiencen los boludos repetidores seriales el coro de ángeles que reclama "duro con ellos"...
    Un gusto comentar en tu blog, saludos

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  3. Muchas gracias, comparto completamente tus apreciaciones. Un abrazo, la Güera.

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