miércoles, diciembre 02, 2009

Hoy me motiva a escribir la mezcla de temor e indignación que me despierta nuestro actual gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
La semana pasada por cuestiones laborales, participé del Seminario "Gestión de Políticas de Seguridad Ciudadana, la seguridad desde una perspectiva integral” organizado por la Federación Argentina de Municipios y con el auspicio del Ministerio de Seguridad y Justicia de la Nación y de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.
Fueron dos días de trabajo en la cual distintos referentes nacionales, provinciales y municipales comentaron la situación particular de su territorio, especialistas en la temática desasnaron sobre los niveles de inseguridad nacionales y presentaron un panorama regional latinoamericano.
Durante dos jornadas fuimos testigo de enfoques más abarcativos, complejos, integrales, preventivos, sociales, culturales, de nuestra Vedette de calle corrientes la "INSEGURIDAD". Primaron los análisis superadores de visiones mas simplistas y acotadas a políticas coyunturales, promovidas y fundada por casos puntuales sobre los cuales “algo hay que hacer” porque asi lo demanda el cuarto poder, lo que solo demuestra la debilidad que hemos tenido para permitir que un “blumberg” marque agenda nacional y defina leyes en materia de seguridad.
Por primera vez, en esta temática, que históricamente ha sido objeto excluyente de las fuerzas de seguridad y presa de significaciones asociadas indiscutiblemente a la represión, coacción, reclusión; se planteaban visiones que indagaban las causas más que los efectos. Se promovía un recorrido integral por nuestra historia mas reciente como país, asumiendo nuestra responsabilidad en la misma como sociedad y asimismo presentando propuestas para revertir a largo plazo esta situación conjuntamente con iniciativas y políticas públicas exitosas a corto plazo.
Con un claro perfil progresista, repensando a la persona que delinque, su historia, su motivación, sus situación, su actualidad, abordando lo que hasta ahora era solo una etiqueta el “criminal”. Se delineaban y compartían medidas con fuerte contenido de derechos humanos, con énfasis en los grupos vulnerables, con una perspectiva integral, participativa, y preventiva.
Hasta que en el momento del cierre se hizo presente nuestro primer mandatario provincial y borrando con el codo lo escrito con la mano, deshizo el camino andado y refloto aquella visión cosificadora del “criminal”, punitiva, represiva y violenta que solo denota la incapacidad de comprensión de nuestra actualidad, la irresponsabilidad, la liviandad, la lógica light y soft con la que solo se puede entender el panorama que brindó sobre la provincia de buenos aires y su gestión. Y como si esto fuese poco para que uno se sonrojase de los nervios y la vergüenza ajena; lanzó su proyecto en materia de seguridad.
Contradiciendo a todos los disertantes anteriores, reivindico la necesidad de mas policías, mas represión, la baja de la imputabilidad de los menores, las medidas contra aquellos delincuentes que no quieran mostrar su rostro(que “por algo no lo hacen”) alertó a la sociedad ante la existencia de merodeadores que miren mucho un auto o una casa (“que por algo lo hacen”) todos motivos mas que válidos para recluirlos en una cárcel, sospechas mas que comprobadas, según su vasta experiencia de que eso es la antesala del delito, y que él claramente iba a prevenir, ante la duda marche preso.
Mi primer recuerdo sobre ese momento fue una sensación de atemporalidad, creí estar en tiempos de de En­rique VIII cuando los azotes eran un buen estimulo para que el vago pensara en trabajar, donde el vagabundeo era ilegal y digno de ser castigado con azotes, cortes en las orejas y hasta la muerte por ser concebido como un enemigo social, y si bien estas políticas fueron compartidas por Eduardo VI, la reina Isabel, Jacobo I y tanto otros mandatarios desconocía que nuestro jefe bonaerense se había unido anacrónicamente a este selecto club.
Para mi sorpresa seguía situada en el salón del Banco Nación, frente a casa de gobierno, en el mes de noviembre del 2009 y ante mí este personaje simpaticón, cuyo discurso era ni mas ni menos que el esperado por doña rosa, la tía pocha o nuestra vecina de recoleta, y de pronto me invadió una bronca absoluta y mucha impotencia y una gran duda ¿Cómo carajo seguimos???

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