Estimados cumpas,
Replico a continuación El decálogo del Progresista Negro que publicara oportunamente el Comandante Cansado el 30 de octubre de 2008 en Artepolítica. Siempre es bueno recordarlo:
1. De las peores intenciones pueden salir buenas cosas. Las razones “verdaderas” u ocultas de legisladores y gobernantes para impulsar tal o cual medida no tienen la menor importancia; lo único que importa son las medidas en sí.
2. Personajes impresentables y nefastos pueden apoyar eventualmente iniciativas convenientes al bien común por conveniencia individual; señalar con el dedo la presencia de tales individuos no alcanza para desacreditar un proyecto. Los adversarios individuales cambian mucho; los adversarios colectivos, como corporaciones y grupos de poder, bastante menos.
3. Pretender que lo único que importa de una alternativa política es la honestidad de sus propulsantes más allá de su orientación política no es más que una nueva forma del ya remanido argumento (de derecha) de que izquierdas y derechas no existen más.
4. Es infantil, absurdo y paternalista arrogarse la defensa de los intereses de una clase social negándole toda representatividad al movimiento político al que esa clase permaneció masivamente fiel durante décadas.
4bis. (Versión para militante orgánico) Si uno los quiere representar y ellos no se dejan es que algo anda mal y que hay que volver al casillero uno y replantear aliados.
5. Mejor es mejor. Nunca pero nunca hay que considerar que que una mejora social es estrategicamente perjudicial porque “aplaca las contradicciones del sistema”.
6. “Oficialista” no es mala palabra. Y no se marcan primero las diferencias y después las coincidencias cuando estas son más importantes que las primeras.
7. No hacen falta treinta años para cambiar un país. La derecha armada pudo hacerlo en siete años y el neoliberalismo en diez.
8. Es mejor pelearse entre progres porque algunos son opositores y otros no que estar todos de acuerdo despotricando desde afuera.
9. Hay que desconfiar del “político serio”. La capacidad de un político de afectar el status quo socio-económico es inversamente proporcional a la cantidad de veces que se le regala el atributo de “serio” desde los medios mainstream. El establishment ama a los políticos serios.
10. El consenso total no existe y sin conflicto no hay transformación posible. La búsqueda eterna del consenso como fin en sí mismo es enemiga de todo cambio.
nos mudamos
Hace 2 años
Gracias por la mención. El decálogo se hizo con la participación de la comunidad bloguera de Artepolítica, los chicos de bando-neón y otros blogueros. Saludos.
ResponderEliminar