Un recurso típico de la derecha, que por cierto ha logrado hegemonizar bastante el discurso en general, es que hay cuestiones “técnicas” que nada tienen que ver con la política. En este caso, el problema del Banco Central sería un problema técnico, un asunto de expertos. Es decir, se trataría de seguir a rajatabla las reglas y mecanismos instituidos y ya. La cuestión entonces no sería política, sino de expertos que conocen el funcionamiento de las reglas y las aplican. Así, es que Redrado puede decir: “Espero que la bicameral esté libre de presiones políticas para dar un consejo”.
Este tipo de posiciones esconde justamente que esas reglas y mecanismos instituídos son producto de decisiones políticas. Por lo tanto, la discusión de la bicameral es política, es un absurdo pedir que su “consejo” no sea un consejo político. A ver, en este caso puntual del Banco Central la situación es clara. Quienes impusieron las reglas de su funcionamiento fueron los militares y después la perfeccionó Cavallo en la era menemista. Es decir, sus reglas son producto de la decisión política de llevar adelante una política neoliberal. Eso es lo que esconde Redrado con sus declaraciones, esto es lo que esconde la oposición (el grupo A). ¿Qué hace el gobierno? El gobierno nacional, nada más y nada menos, pone en cuestión estas reglas neoliberales. Pone en cuestión estas reglas producto de decisiones políticas tomadas, en su oportunidad, cuando quien decidía en este país era la derecha. Claro, la derecha llama a esta situación “avasallamiento” institucional. Yo lo llamo tratar de cambiar el status quo. Yo lo llamo intentar llevar adelante un política progresista porque este intento del gobierno nacional es un intento de tratar de cambiar “las reglas” impuestas por neoliberalismo. ¿Para qué? Para poder disponer de más dinero para ejecutar políticas públicas. Y acá entramos en otra discusión por derecha y por la izquierda de las “almas bellas”. Por derecha, porque se horrorizan que ese dinero será “gastado de manera clientelar” y allí le respondemos se trata más bien de que llegue obra pública y dinero a los sectores más vulnerables. Eso es un intento de verificar la igualdad, que esos más vulnerados mínimamente puedan ser parte de una comunidad. Por izquierda, “las almas bellas” hablan de deuda ilegítima. A esto le respondemos, si señores es verdad que ha habido deuda externa ilegítima. Pero lamentablemente ha sido reconocida por distintos gobiernos electos legítimamente desde 1983 a esta parte. El único que salió a cuestionar ese modelo fue Kirchner con la quita de hace unos años. Entonces, que hacemos: ¿nos vamos con esa discusión, a esta altura inútil ya que ha sido legitimada por gobiernos legítimos, o hacemos esta jugada para tener más recursos disponibles para los sectores más vulnerables? En fin… en un punto las “almas bellas” y la derecha neoliberal juegan el mismo juego… A Cristina, todos mis respetos.
nos mudamos
Hace 2 años
Además, la deuda externa creció por decenas de millones de dólares durante los gobiernos de Alfonsín y en especial de Menem y De la Rúa. En ese sentido, la mayor parte de la deuda es "legitima".
ResponderEliminar"Despilfarro", lo llamo hoy el intelligente de Macri
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