Mi compañera se pregunta: ¿por qué enterraron a Sábato en un cementerio privado de Pilar que es un cementerio de nuevos ricos? Y continúa interrogándose “si como dice Silvio Rodríguez ‘yo me muero como viví’”. No tengo respuesta pero que hayan enterrado a este genial escritor (¡cómo me gustó Sobre héroes y tumbas en mi adolescencia!) en un cementario privado de Pilar sólo logra llevarme a los aspectos más antipáticos de Sábato. Por ejemplo, su responsabilidad en la legitimación desde un discurso democrático de la teoría de “los dos demonios” que se sostuvo en el
Nunca Más. Una pena.
Se murió un semi-gorila.
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