Por Oscar González*
En estos días, la Patria anduvo en la calle. No la Patria abstracta, ese vacío desprendido de la historia de los hombres y las mujeres que la construyen con sus sueños e ilusiones, fortalezas y debilidades. La Patria que habitó avenidas y plazas se corporizó en millones de seres presentes y en otros millones que acompañaron desde sus casas el fervor multitudinario y una alegría que algunos creían olvidados. Este no fue el fasto pretencioso y elitista del Centenario, sino la celebración plebeya de la ciudadanía.
Fue la fusión de los espíritus, la recuperación de los símbolos que alguna vez fueron arrebatados, la bandera, la escarapela, el himno, esos cantos que se usaron para imponer un orden represivo frente al desborde natural del reclamo popular, la reivindicación obrera o la demanda de justicia.
En estas jornadas, las imágenes y las palabras escribieron una crónica distinta de la que narran los que hicieron un país a la exacta medida de sus intereses. Una historia amasada con sufrimiento y coraje, de rebeliones de los pueblos originarios contra genocidas, de luchas por la emancipación, de reivindicaciones obreras , de madres y abuelas que no abandonan a sus desaparecidos y ausentes, de latinoamericanos contra la opresión imperial. Esa epopeya acaba de ingresar, por primera vez, a la Casa Rosada en los retratos de los patriotas latinoamericanos.
Concluido el centelleo de los festejos, vienen otros días de pugna por más igualdad y más justicia social. Ese desafío implica y exige amplitud de miras, comprensión y entereza. No sólo de los que gobiernan, sino de todos los que quieren que la celebración del Bicentenario se prolongue en un destino común. Ahora sabemos que este pueblo, invisibilizado por editorialistas interesados, opinólogos alquilados, gurúes de ocasión y predicadores de catástrofes, volvió a incurrir en su destino inexorable, el de emerger a la superficie para mover la rueda de la historia.
(*) Secretario de Relaciones Parlamentarias del gabinete nacional.
Publicado por la agencia de noticias Télam y el portal GENTEBA, el 27 de mayo de 2010
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