sábado, agosto 06, 2011

Chico Buarque rompe el silencio por Alondra Flores

Publicado hoy en el periódico de México, La Jornada:


El nuevo éxito editorial de Chico Buarque, Leche derramada, ha comenzado a circular en español, editado por Salamandra. Un hombre centenario, internado en un hospital, relata el devenir de su familia de alto linaje, ahora en la ruina, donde se ve impregnada la historia de Brasil.

El reciente trabajo literario de quien es considerado un icono cultural de su país es el monólogo de la memoria dolorosa y dispersa, la misma que habita en la América Latina del colonialismo, de las dictaduras, encarnada en este viejo que no reconoce el rostro de su hija, pero sí recuerda cada uno de los pelos de la barba de su abuelo, personaje notable del imperio y abolicionista de la esclavitud.

“El somnífero ya no me hace efecto inmediato, y sé que el camino del sueño es como un pasillo lleno de pensamientos”, exclama desde una cama, olvidado, junto al sonido del televisor en alto volumen que nunca se acalla. Al unísono se oye esa voz que viaja entre sueños y recuerdos, “y cualquier cosa que recuerde ahora me dolerá; la memoria es una vasta herida”.

Aparecen las mansiones entre grandes haciendas cafetaleras o los cacaotales en Bahía, en Sao Paulo, al pie de la montaña, pero que ahora ya no existen porque han sido derrumbadas para construir altos edificios. Un recorrido por los dos recientes siglos, con un linaje de ancestros portugueses, miembros del imperio, senadores de la República hasta la decadencia social y económica.

Uno de los grandes representantes de la canción popular de Brasil, Chico Buarque no se aleja de la conciencia crítica de la sociedad brasileña, de la lucha por la libertad y la justicia que ha reflejado en sus canciones, y también en esta novela que en su lengua original (portugués) ganó el premio brasileño de literatura Jabuti en 2010 y de la que La Jornada ofrece un adelanto en páginas interiores.

Su octava novela pareciera en contrapunto con su antecesora Budapest, la cual escribió sin haber pisado la capital húngara. En cambio, Leche derramada es un recorrido por la historia del país en que nació en 1944, mediante la voz cansada, por no decir senil, que dibuja la transformación en una memoria anacrónica.

Buarque ha aceptado que muchos son recuerdos de su madre, la pianista María Amelia Cesario Alvim, quien murió en 2010 a los 100 años de edad.

Luchador social, habitante del exilio, ha vivido en la persistencia de alternar la literatura con la música. Ha desbordado las letras a muy temprana edad, aun antes de destacar en la música con la aparición de su primer álbum Chico Buarque, en 1969. Desde los años 80 del siglo pasado han aparecido discos, de los que suma casi 60, en conjunto con su obra literaria, como Estorvo (1991), Benjamin (1995) y Budapest (2003).

La aparición en América Latina de la traducción en español de su novela Leche derramada coincide con el lanzamiento de su más reciente producción discográfica, titulada Chico, tras cinco años de silencio.

Tiempo para apartarse de la literatura, dijo, es el que necesitó después del año y medio que dedicó a escribir Leite derramado, según el título en portugués con que fue publicado en 2009. Este trabajo tomó la mayor parte de su tiempo y lo mantuvo alejado de los estudios de grabación, desde su disco Carioca, en 2006.

En su país natal, a dos semanas de haber dado a conocer el disco en una transmisión en vivo por Internet, ya ocupa el primer lugar de ventas, reportó ayer la tienda Livrariacultura. Con 10 temas en los que incluye carnavalescas marchinhas, samba, valses rusos y blues, permanece constante la conciencia de los problemas sociales y políticos, así como lo hizo en los años 60 con sus canciones que se volvieron himnos en tiempos de dictadura, persecución y censura.

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