Excelente Jorge Alemán, como siempre un gusto leerlo. Aquí un fragmento de la nota que dió a REP en Pagina 12.
"He descubierto en estos últimos años que para los intelectuales es muy difícil ser oficialista. A veces, pienso que las dos figuras más apreciadas por el intelectual son aquellas que Hegel nombró el “alma bella” y “la ley del corazón”. El “alma bella” se satisface denunciando el orden del mundo sin reconocer de qué forma está implicado en él. En la “ley del corazón”, el intelectual rebelde ve al mundo prosaico, mal hecho, y solo lo reconoce en su verdad singular sin mediaciones, verdad que desearía imponer al resto del mundo para corregirlo. A su vez, siempre supe que el intelectual, por su propia constitución como tal, debe mantener una cláusula de reserva hacia lo oficial. Gracias a eso, como se suele decir desde siempre, mantiene despierto el espíritu de la crítica. Pero hay ocasiones en la historia absolutamente singulares y contingentes, donde la verdadera fuerza de la crítica solo se da apoyando lo que se considera justo, aunque esto no posea el encanto del marco reflexivo que da la teoría. Cuando uno considera que el oficialismo es justo, cuando éste está fuera de todo oportunismo o saldo cínico, es un ejercicio crítico con uno mismo de gran calado. Todo el tiempo se toman decisiones y se asumen responsabilidades que exceden el marco de la reflexión y que, sin embargo, mantienen su condición de apuesta, porque se trata de un oficialismo que se constituyó a través de un legado de luchas y de militancia. Ese legado es el que sirve de brújula cuando se atraviesan las “zonas oscuras” y turbulentas que todo ejercicio de gobierno siempre conlleva".
nos mudamos
Hace 2 años
Extraordinario Aleman.
ResponderEliminarOjalá lo lean los "intelectuales" cagones, esos docentes que no se animan a jugarse, hay muchos en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, por mencionar a algunos: Grüner, Rossi. Bueno, quizás llamarlos "intelectuales" sea mucho.
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