jueves, septiembre 24, 2009

Bienvenida a la patria grande

Interpelarnos desde la patria grande, me hizo recordar un poema increible de Borges, que alguna vez ha citado nuestra Primera Mandataria, Cristina Fernandéz de Kirchner.
En él encuentro reflejado algo de nuestra lucha, lo comparto como ustedes, a modo de Bienvenida.

POEMA CONJETURAL
El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 23de septiembre de 1829 por los montoneros de Aldao,piensa antes de morir:


Zumban las balas en la tarde última.Hay viento y hay cenizas en el viento,se dispersan el día y la batalladeforme, y la victoria es de los otros.Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.Yo, que estudié las leyes y los cánones,yo, Francisco Narciso de Laprida,cuya voz declaró la independenciade estas crueles provincias, derrotado,de sangre y de sudor manchado el rostro,sin esperanza ni temor, perdido,huyo hacia el Sur por arrabales últimos.
Como aquel capitán del Purgatorioque, huyendo a pie y ensangrentando el llano,fue cegado y tumbado por la muertedonde un oscuro río pierde el nombre,así habré de caer. Hoy es el término.La noche lateral de los pantanosme asecha y me demora. Oigo los cascosde mi caliente muerte que me buscacon jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombrede sentencias, de libros, de dictámenes,a cielo abierto yaceré entre ciénagas;pero me endiosa el pecho inexplicableun júbilo secreto. Al fin me encuentrocon mi destino sudamericano.A esta ruinosa tarde me llevabael laberinto múltiple de pasos que mis días tejieron desde un díade la niñez. Al fin he descubiertola recóndita clave de mis años,la suerte de Francisco de Laprida,la letra que faltaba, la perfectaforma que supo Dios desde el principio.En el espejo de esta noche alcanzomi insospechado rostro eterno. El círculose va a cerrar. Yo aguardo que así sea.
Pisan mis pies la sombra de las lanzasque me buscan. Las befas de mi muerte,los jinetes, las crines, los caballos,se ciernen sobre mí ... Ya el primer golpe,ya el duro hierro que me raja el pecho,el íntimo cuchillo en la garganta.
JORGE LUIS BORGES ("El otro, el mismo")

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