lunes, agosto 30, 2010

¡Qué trío!


Ernesto Laclau, Jorge Alemán y Horacio González, qué trío de lujo. Tres brillantes intelectuales y militantes de las causas populares que apoyan al gobierno nacional. Acá, juntos en el Congreso de Ciencia Política de San Juan.

P.D.: ¿Y los intelectuales del Grupo A? ¡Ah! eso si que es un oxímoron: a la vez intelectual y del Grupo A.

domingo, agosto 29, 2010

La izquierda lacaniana

Mañana se presentará el libro del griego Yannis Stavrakakis La izquierda lacaniana. El texto es interesante, aunque su argumentación tenga algunos puntos "flojos" en lo particular en lo que refiere a su posición acerca del concepto de goce de Lacan y su utilización para analizar situaciones políticas. Más vale, si de leer a Lacan se trata desde una posición de izquierda nos quedamos con los excelentes trabajos de Jorge Alemán Para una izquierda lacaniana... Intervenciones y textos y Lacan, la política en cuestión... Conversaciones, notas y textos

Pero en todo caso, lo interesante de la presentación es que intervendrán además del propio autor -Yannis Stavrakakis-, Ernesto Laclau y Gloria Perelló. La cita es este LUNES 30 DE AGOSTO 19.00 HS. IDES - Instituto de Desarrollo Económico y Social - Aráoz 2838, Ciudad de Buenos Aires

¿Ya se arrepintieron?


Si ya se arrepintieron nunca lo harán público. Pero suponemos que sí, al menos un poco se deben de haber arrepentido. Resulta que allá hace poco (o mucho, depende desde donde se mire) al kirchnerismo se lo daba por muerto. Fue ahí, cuando la gente de Barrios de Pié/Libres del Sur decidió dejar el armado kirchnerista. Las excusas que dieron fueron algo así como que el kirchnerismo “había optado por la derecha, al pejotisarse”. Pregunto: ¿ acaso el kirchnerismo alguna vez estuvo fuera del PJ? Igual, no importa esta pregunta tonta. Todos sabemos que se fueron porque no querían “hundirse” con el kirchnerismo, lo daban como un destino inexorable después de la derrota de la 125. La idea era salvar su propia construcción política. Pues bien, mezquino cálculo costo-beneficio, mezquina construcción política la suya, compañeros.

Ahora que el kirchnerismo viene remontando y tiene posibilidades de ganar en 2011, ¿qué piensan compañeros? ¿Se arrepintieron de haberse ido? ¿Calcularon mal? Quizás no sepan que a los progresistas el cálculo costo-beneficio no les cierra, no les cae nada bien porque así calculando cuán liberal nunca se puede transgredir, mover el status quo, cambiar algo. Así están, ustedes compañeros a puro cálculo en el Grupo A. ¿No les da un poco de vergüenza?

En todo caso, igual quiero que sepan que nosotros los que no calculamos, los que perseveramos en nuestras convicciones, igual, si somos derrotados en 2011 queremos tener las heridas de esa derrota. Si nos derrotan en 2011, queremos estar del lado de los derrotados y no de ninguna de las opciones del derechoso Grupo A. Porque somos así de tontos, perseveramos, tenemos ideas, convicciones y nos mantenemos en un lugar. ¿Acaso la fórmula Alfonsín-Binner les parece progre?

sábado, agosto 28, 2010

¿Kirchner – Sabbatella?


Ayer en la entrega del doctorado honoris causa al Profesor Laclau, Néstor Kirchner en su discurso afirmó: “el progresismo somos nosotros”.

Entonces, en tren de especular frente a la casi lanzada fórmula Alfonsín-Binner que quiere disputarle el mote de progresista, una eventual fórmula Kirchner-Sabbatella reafirmaría al kirchnerismo en ese polo. Y que el resto corra por derecha…

viernes, agosto 27, 2010

La oposición y la hora de los bochornos

La derecha, interesada en proteger la rentabilidad de las grandes patronales y paralizar la gestión de gobierno, es al fin y al cabo la que dirige y lidera el rumbo de la oposición en el Congreso

Oscar González*

La media sanción en Diputados del 82% móvil para los jubilados, aprobada por una mayoría compuesta por radicales, peronistas disidentes, cívicos y del PRO, con el insólito apoyo de Proyecto Sur, socialistas y el GEN, demostró que la derecha, interesada en proteger la rentabilidad de las grandes patronales y paralizar la gestión de gobierno, es al fin y al cabo la que dirige y lidera el rumbo de la oposición en el Congreso.
En un contexto de polarización extrema, la presunta centroizquierda que habilitó la sesión y apoyó el proyecto, al igual que en la 125, terminó convalidando una iniciativa opositora que, despojada de las volutas retóricas, no aporta a otro objetivo más que al de restauración conservadora, tal como lo demandan los grandes grupos de poder económico y mediático.
A eso y no a otra cosa apunta lo que se aprobó aquella madrugada en Diputados, de tal modo que de nada vale lagrimear ex post facto argumentando ingenuidad, y lamentarse porque el núcleo duro del poder no haya autorizado a sus subordinados en la Cámara a restituir los aportes patronales derogados durante la etapa menemista.
Al menos, los socialistas A y los del GEN tuvieron la franqueza de resguardar abiertamente el bolsillo empresarial al momento de la votación en particular.
De este modo, una medida que ningún legislador medianamente informado, sea del bloque que fuere, considera viable en los términos en que fue sancionada, revela hasta qué punto se degradan sectores que están dispuestos a llevar al default con tal de mejorar sus chances electorales, al tiempo que pujan entre sí para asumir la mediación política con los sectores más concentrados del capital, sumidos en el descrédito masivo tras las reformas de mercado de los ’90.
La aplicación del 82% móvil a todos los jubilados y pensionados, que implicaría una erogación intolerable para la economía nacional, no sólo acabaría con el sistema previsional sino que volvería inevitable una devaluación, el aumento de las tasas de interés y, en consecuencia, el déficit fiscal. No es posible que un partido o un dirigente que se proponga seriamente gobernar al país plantee dilapidar el mayor escudo protector contra las tormentas financieras que azotan al mundo, como es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad. A menos, claro está, que se quiera repetir el gesto de Cavallo cuando acudió a los centros financieros internacionales en 1988 para pedir que nadie le preste dinero a la Argentina porque el próximo gobierno pondría en marcha un programa a su medida.
¿Será ese el caso? Así lo sugiere la mencionada negativa a considerar la restitución plena de los aportes patronales para las grandes empresas y, mas aun, ignorar la propuesta del bloque Nuevo Encuentro, de imposición a la renta financiera, otra medida que encrespa al gran capital. En cambio, la oposición ataca uno de los núcleos que provocó tanto encono en el establishment local e internacional: los fondos con que las AFJP financiaban petroleras británicas (las mismas que exploran yacimientos en Malvinas) y hoy sirve para sostener, entre otros programas, el de Asignación Universal por Hijo, que permitió sacar de la pobreza a 2,4 millones de hogares, como lo demuestra una investigación de la Universidad de La Plata.
Ninguno de estos programas se sustenta en la matriz asistencialista que aconsejan los organismos financieros internacionales, sino en la concepción de derecho y de construcción de ciudadanía, tan alejados de la vituperada acción clientelística.
Atacar las bases de esta política de evolución social es un acto de barbarie sobre el cual no se puede construir nada que no sea el regreso al país de la injusticia y la represión.
Nadie puede decirse progresista y al mismo tiempo contribuir a que eso sea posible.

* Ex diputado nacional del P. Socialista. Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional

Publicado por el diario Tiempo Argentino, el 26 de agosto de 2010

martes, agosto 24, 2010

Con una frase es suficiente

“Controlar el papel es controlar la información” dice la carta publicada a sus lectores del diario La Nación. En efecto, coincidimos completamente, ustedes señores de La Nación junto con Clarín han controlado, desde la última dictadura militar, el papel y tal como ustedes mismos los señalan con ello han controlado la información. Pues bien, ha llegado el momento de democratizar la información, que desde la nueva ley es un servicio. Por eso es urgente su implementación. Y en cuanto a la denuncia sobre de la “compra-venta” de Papel Prensa si como ustedes dicen es todo una historia inventada, pues allí está la justicia para que se expida. Si son inocentes ¿qué tienen qué temer?

sábado, agosto 21, 2010

Jugar a ser archiprogres: “Soy usuario de Fibertel, me vuelvo loco si me lo sacan", sostuvo Pino Solanas

La estrategia del Grupo A es seguir subordinado a los intereses de Clarín. Inclusive nuestros “archiprogresistas” liderados por Pino Solanas que, como ya hemos sostenido en este blog, de tan, pero tan, recontra tan progres que son terminan coincidiendo con la derecha.

Pues bien, parece ser que los “archiprogres” tienen su arreglo de funcionamiento dentro del Grupo A. Básicamente acompañan las medidas a condición que tengan un margen “para diferenciarse o sostener su discurso de izquierda”. Es decir, la derecha le da permiso a que jueguen a los progres, mientras se mantengan dentro del arreglo del Grupo A. Esto resultó clarísimo la semana que pasó cuando los “archiprogres” hicieron alharaca sobre la necesidad de “contar con fuentes de financiamiento” para el 82 % móvil, pero a la hora de la hora, dieron el quórum para que la derecha le diera sanción a una ley absolutamente irresponsable.

En definitiva, cuando nuestros “archiprogres”, por ejemplo, cuestionan al peronismo kirchnerista por ciertas alianzas con algunos personajes políticos cuestionados como Gioja, Alperovich, etc. Yo me pregunto: ¿qué pueden decir ellos quienes a todas luces tiene un arreglo con el Pro, La Coalición Cívica, los peronistas federales, etc.?

Lindo progres nuestros “archiprogres”, no sacan los pies del plato del Grupo A.

El retorno del fascismo


El fascismo está florenciendo en Europa. Sarkozy promueve políticas brutalmente racistas: expulsa a los gitanos de Francia y saca una ley que permite retirarle a los inmigrantes la ciudadanía francesa en caso de ser necesario. Hasta ayer el gobierno de Francia expulsó 124 miembros de la etnia romaní al aeropuerto Timisoara en el oeste de Rumania, según cifras de la policía fronteriza rumana, y 13 gitanos búlgaros a Sofía. Mientras que el ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, había anunciado una segunda expulsión en menos de 48 horas en la que otros 139 gitanos sería repatriados en avión, tras la expulsión de 86 personas el pasado jueves.

La vieja Europa está más vieja que nunca. Es una vergüenza y lo más curioso es que nuestros periódicos locales que están llenos de "periodistas independientes y archi demócratas" nada dicen, ni una palabra para condenar estos actos fascistas. Eso sí para tildar de "antidemocráticos, autoritarios o fascistas" a los gobiernos populares de Latinoamérica tienen la pluma fácil.

miércoles, agosto 18, 2010

Obispetes preocupados

Después de perder su imaginaria “guerra de dios” respecto del matrimonio igualitario los obispetes se reúnen preocupados para evaluar el distanciamiento de la iglesia católica con la sociedad. Dice hoy La Nación: "La sociedad vive transformaciones culturales importantes y la Iglesia tiene que encontrar lenguajes y formas adecuados para acompañar esas transformaciones,explicó uno de los participantes del encuentro, consciente de que quedan por delante nuevos debates por afrontar, como los polémicos proyectos que promueven la despenalización del aborto”.

Sí, en efecto estimados obispetes, lo que se viene es el debate sobre la despenalización del aborto porque el derecho a la vida que ustedes defienden, lo escriben con sangre de mujer.

P.D.: ¡Seguimos sumando gente para la apostasía!

martes, agosto 17, 2010

Pino se tira a la pileta con Lilita, ¿Será para amortiguar el golpe?


"Estamos creciendo de una manera enorme. El país empieza a estar pintado con el reclamo de mi candidatura. Tampoco soy suicida y me tiro a la pileta si no hay agua abajo. Veo, y mucha", indicó el legislador.

lunes, agosto 16, 2010

A confesión de partes relevo de pruebas


“Con Carrió coincidimos en muchos aspectos", aseguró Pino Solanas (La Nación, 16 de agosto de 2010). Si usted mismo lo dice Sr. Solanas…

Otra batalla la nuestra, la femenina, pero como sociedad tenemos que avanzar...

Una radiografía de la desigualdad laboral

Por Mariana Carbajal
Pagina 12

Les traigo solo el inicio de de una nota publicada por Pagina 12 esta mañana, donde se aborda un temàtica que viene siendo batallada a lo largo de la historia, con sus nuevas caras, con sus nuevas demandas, con sus nuevas conquistas pero persiste y se reescribe continuamente...

para ver el texto completo entren a http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-151425-2010-08-16.html


Las mujeres ganan en promedio un 24 por ciento menos que los varones en iguales posiciones. Sólo el 4 por ciento de las que trabajan en empleos remunerados desempeñan cargos directivos: menos de la mitad de la proporción de hombres activos que llegan a puestos de conducción, que es del 9 por ciento. A pesar del crecimiento económico experimentado en el país, las brechas de género persisten en el mundo laboral: no han variado en los últimos seis años. La precariedad laboral las afecta con más fuerza: en 2009, entre las asalariadas, el 39 por ciento estaba en “negro”, contra un 33 por ciento en el caso de los hombres. Los datos surgen de un exhaustivo diagnóstico de las características específicas de la inserción femenina, elaborado por el flamante Centro de Estudios Mujeres y Trabajo de la Argentina (Cemyt), un espacio creado en el marco de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). La “asimetría” en la distribución de las responsabilidades familiares entre los miembros de los hogares es uno de los factores fundamentales que “condiciona las oportunidades de participación laboral de las mujeres” en empleos pagos, señala el estudio. La falta de guarderías accesibles a los sectores más desfavorecidos constituiría un obstáculo primordial. En una entrevista con Página/12, Estela Díaz, coordinadora del Cemyt, desgranó los hallazgos del relevamiento y consideró “fundamental” para mejorar la situación de las mujeres “la promoción de responsabilidades familiares compartidas, que involucren a los varones, y políticas públicas de cuidado infantil y de personas dependientes” (ver aparte).

El Cemyt depende de la Federación de Trabajadores de la Industria (Fetia). Su creación apunta a incorporar la perspectiva de género en el análisis del mundo del trabajo, del mercado laboral y del trabajo reproductivo, para poner la lupa en los problemas que afectan en forma diferenciada a las mujeres, con el fin de instalarlos en la agenda sindical y política. “Queremos tomar la problemática de las compañeras trabajadoras como parte esencial de las políticas para la clase trabajadora en su conjunto”, explicó Hugo Yasky, secretario general de la CTA.

El estudio es una radiografía de la presencia (y ausencia) femenina en el mercado laboral. Hay tres ejes clave para analizar la situación actual:

- La reducida participación en el mercado de trabajo en comparación con los varones.

- La segmentación del mercado de trabajo, que desplaza a las mujeres a los sectores de bajos ingresos.

- La discriminación salarial que indica que las mujeres perciben menores remuneraciones cuando desempeñan tareas similares a los varones. Hacia fines de 2009 esa diferencia se situaba por debajo del 24 por ciento, revela el informe.

El estudio, realizado por el equipo de investigación del Cemyt, conformado por el economista David Trajtemberg y la socióloga Nora Goren, marca la persistente brecha de la participación laboral femenina. Mientras que los varones tienen una tasa de actividad del 74 por ciento, esa proporción en las mujeres ronda el 48 por ciento. Esto significa que un poco más de la mitad de las mujeres de entre 15 y 65 años están inactivas. Entre las causas más frecuentes de la “inactividad” se menciona “el papel de ama de casa, motivo que resulta insignificante para los varones inactivos”, señala el informe.

La investigación muestra que si bien la tasa de actividad femenina (TAF) permanece constante en el período reciente, se conforma de una estructura distinta que le otorga más peso al empleo y una menor preponderancia al desempleo, en concordancia con el patrón de comportamiento de las principales variables en el mercado de trabajo. En 2003, el 78 por ciento de las mujeres económicamente activas estaban con trabajo, y el 22 por ciento, desempleadas; en 2009, la relación fue de 90 y 10 por ciento, respectivamente, subraya el informe.

Al mismo tiempo, desde 2003 se verifica un cambio en la trayectoria de la TAF por nivel socioeconómico: mientras que en la década pasada las mujeres de bajos ingresos fueron las que más habían contribuido al aumento sostenido de la participación laboral femenina, entre 2003 y 2009 se revierte esta situación. El informe indica que la TAF del primer quintil de ingresos se reduce de 41 a 35 por ciento en ese período. “Este comportamiento posiblemente se relacione con dos factores: por un lado, la falta de servicios que reemplacen o simplifiquen las actividades que se atribuyen socialmente a las mujeres en el ámbito privado y, por el otro lado, por la reversión de los factores que impulsaron a las mujeres a formar parte del mercado de trabajo durante la década del ’90” (ver recuadro). En cambio, el estudio muestra que crece la tasa de participación de las mujeres que pertenecen a los hogares de estratos altos “favorecidas por su nivel educativo y por la posibilidad de transferir, aunque sea parcialmente, las responsabilidades domésticas”.

miércoles, agosto 11, 2010

Gorilas preocupados, preocupadísimos


Debo confesar que bien divertida leí la columna de ayer de Beatriz Sarlo del diario La Nación ("La conquista de las capas medias", 10/8/10). Allí, relata entre preocupada y azorada cómo el “maléfico” kirchnerismo va ganando a las clases medias.

Comienza entonces su relato ejemplificador de cómo los Kirchner van ganando a las capas medias. Cuenta entonces que recibió un llamado telefónico de alguien que “Hablaba bien, una sintaxis cuidada, de frases completas”, lector de Perfil y La Nación quien después de la aprobación del Matrimonio Igualitario ya no se siente tan opositor como antes. Primer sector clasemediero que se acercan a los Kirchner: los gays. ¡Lo curioso y vale remarcar es la sorpresa de Sarlo de que alguien que ya no se siente tan opositor y que muestra cierto agrado –mínimo- por los Kirchner puede hablar bien, con una sintaxis cuidada y frases completas! ¡Prejuicio burdo y barato Sarlo! Claro seguramente debe pensar que un kirchnerista convencido debe ser un bruto total que no sabe ni hablar.

Continúa y da nuevos ejemplos de cómo los Kirchner se van acercando a las clases medias, dice Sarlo: “a los viejos que se jubilaron sin aportes porque su vida laboral había transcurrido en negro, o a las familias que reciben el ingreso universal por hijo, cuya idea original no pertenece al kirchnerismo. Recordamos juntos que la ley de matrimonio gay no fue un proyecto de los Kirchner, sino de la diputada Vilma Ibarra, al que los Kirchner no habían prestado atención hasta que alguien, allá arriba donde se decide qué se trata y qué no se trata en el Congreso, consideró que había llegado el momento de juntar votos para el año que viene”. Claro, claro, para Sarlo, Néstor y Cristina son “oportunistas”, son “tremendos”, se aprovechan de las iniciativas de otros y se las arrogan como propias. Eso es bien peronista ¿no Sarlo?, ¿acaso no lo hizo ya el malo de Perón cuando “le robo” las ideas al bueno de Alfredo Palacios y las convirtió en ley? Así, desde entonces los sectores populares están engañados, en vez de ser peronistas deberían haber sido socialistas. ¡Qué barbaridad!, le falto escribir a la Sarlo. Pues bien, Sarlo se horroriza porque los Kirchner son re-contra peronistas, convierten en ley iniciativas de otros y con ello extienden derechos, logran que haya más ciudadanía, es decir, compatriotas que están mejor y contentos. Y sigue dando ejemplos y describe cómo vio con sus propios ojos a la gente contenta, consumiendo en las calles en oportunidad de los festejos del Bicentenario. Y sigue…

Evidentemente, para Sarlo toda esta gente feliz, con más derechos y mejoras concretas en su vida poco se va a preocupar por el Indec o el Consejo de la Magistratura, que son los temas “verdaderamente” importantes. Entonces, sentencia: “Con astucia y sin programa coherente, los Kirchner han girado ahora hacia las capas medias. No se puede subestimar el peso de las victorias culturales en esos sectores”.

La verdad es que Sarlo ya no merece el más mínimo respeto intelectual. Escribe desde el más lato prejuicio, con lo cual sus argumentos son pobres, paupérrimos. No sólo desprecia a quienes pueden apoyar al gobierno nacional, sino que además su odio a los Kirchner no le permite ver algo evidente: la extraordinaria expansión de derechos que estamos viviendo en este proceso político (derechos sociales, civiles, etc.). Me pregunto: ¿qué importa de quién es la iniciativa? Sin el apoyo del gobierno nacional ninguna medida como la Asignación Universal por Hijo, el Matrimonio Igualitario, la extensión de las jubilaciones, los subsidios, etc. podrían haberse concretado. Seguro que Sarlo dirá: “es puro oportunismo para ganar votos”. Yo le contesto, ¿qué político no quiere ganar votos? Pregunto además: la constante expansión de derechos en todas sus dimensiones, acaso ¿no exhibe un rumbo de gobierno?

Están preocupados. La derecha gorila está preocupada. Aborrecen ver a los sectores populares contentos. Se vuelven locos si a esta alegría se le va sumando la clase media. Se siente el temor que los invade: que alguno de los Kirchner gane las próximas elecciones presidenciales. Y si la derecha está preocupada esa es una señal de que vamos bien.

martes, agosto 10, 2010

Rosario en el Bicentenario

Charla Debate
“ROSARIO EN EL BICENTENARIO…
HISTORIAS, ROSTROS Y DESAFÍOS”


Rafael Ielpi
Poeta, periodista e historiador y actual director del Centro Cultural Bernardino Rivadavia.

Agustina Prieto
Lic. en Historia. Docente de la UNR.

Juan Giani
Lic. en Filosofía. Docente de la UNR.

Coordina : Norma López
Concejala. Vicepresidenta 1ª del Concejo Municipal de Rosario.

lunes, agosto 09, 2010

Dos agendas, dos países

Por Oscar González*

Azorado por la evidencia de un triángulo virtuoso que incluye una economía estable, una sociedad de creciente bienestar y derechos ampliados y un gobierno cuya imagen positiva aumenta en todas las encuestas, el conglomerado opositor intenta demostrar en estos días que no padece de la impericia que le atribuyen sus inspiradores y mandantes, las corporaciones del poder financiero y mediático.

Así, elaboró una agenda de temas cuyos lineamientos abrevan en el manual del establishment y logró incluso un módico éxito al aprobar un dictamen de comisión para su proyecto de aplicar el 82 por ciento móvil a las jubilaciones, sin ninguna previsión ni análisis sobre la fuente de los 30 mil millones de pesos que esa medida le costaría al Tesoro. Como inmediatamente el Grupo A advirtió que el pleno del Senado no iba a aprobar la iniciativa convirtiendo en proeza ese logro ocasional, volanteó rápidamente para presentar otra similar en la Cámara baja, donde la aritmética le resulta menos adversa.

Ese trasiego oportunista es sólo una más entre otras actitudes tendientes a desterrar la fama de incompetencia que acosa a la oposición, pese a sus esfuerzos por hostigar la gestión del gobierno, sin pretensión de racionalidad ni coherencia política y dando el penoso ejemplo de subordinación al modelo agrofinanciero, como resulta de su obsecuente presencia en el cónclave de la Sociedad Rural y en la mesa del más beligerante cabecilla del sector concentrado de la economía.

Aunque no halla los resultados buscados, es notable el empeño opositor por convertir al Congreso en un foco de actividad destituyente. En un intento por saturar el ambiente legislativo disparando en todas las direcciones imaginables, legisladores de la oposición presentaron en Diputados unas 20 propuestas con la pretensión de constituir comisiones ¿"especiales?, ¿"investigadoras? y "¿de seguimiento? sobre las más diversas cuestiones. Tantas que, de hacerse efectivas, no habría ni tiempo ni forma de que funcionen razonablemente ni de que puedan indagar seriamente sobre ningún tema.

Aferrados al propósito de quebrar la gobernabilidad y desconcertados por la capacidad propositiva del gobierno, ciertos bloques abandonan la sensatez y descerrajan sobre las cámaras proyectos sobre redistribución del impuesto al cheque y de Aportes del Tesoro Nacional, aumentos provisionales infundados y eliminación de retenciones que ni siquiera concitan la unanimidad de la Mesa de Enlace. Es que en su intento por recuperar iniciativa política renuncian a ejercer su papel de manera responsable y, con tal de obstruir la marcha del gobierno desfinanciando al Estado, amenazan con terminar dañando los intereses de los propios jubilados, las familias en situación de pobreza, los trabajadores, las pequeñas y medianas empresas y los productores agrarios que se sostienen gracias a los programas de ayuda y estímulo que financia el erario.

Mientras el país crece (record de producción de granos, record de divisas en el Banco Central), la situación social mejora (descenso del desempleo, aumento de salarios y jubilaciones, mayor consumo popular) y la Argentina se consolida en el mundo regional y global (nuevo Código Aduanero en la Unasur, desplome del índice del riesgo país), hay una oposición que quiere hacer tabla rasa con todos los avances conquistados y se empeña en retornar al pasado, aferrada a la ilusión de que el enorme poder de los grupos hegemónicos pueda sustituir el esquivo apoyo de la ciudadanía.

*Ex diputado nacional del Partido Socialista. Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.

Publicado por la Agencia de Noticias Télam, el lunes 9 de agosto de 2010

domingo, agosto 08, 2010

Juventud y política. De la generación de los ’70 a la nueva militancia juvenil kirchnerista.

Por Sebastián Artola.
Movimiento Martín Fierro. Juventud del Movimiento Santafesino por la Justicia Social

1) Un nuevo fenómeno atraviesa la vida política nacional: la emergencia de una militancia juvenil nacional, popular y kirchnerista.

En un ciclo corto que podemos trazar entre el conflicto con la Mesa de Enlace y las patronales rurales hasta la puja por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, hemos visto proliferar de manera creciente una participación cada vez más masiva de jóvenes en movilizaciones y convocatorias en apoyo a las iniciativas políticas del gobierno nacional.

De origen social diverso, con importante presencia de sectores medios pero también con no menor protagonismo de sectores populares; nucleados a través de disímiles experiencias organizativas, en muchos casos nacidas desde la propia iniciativa de un puñado de militantes; con el predominio de una fuerte apuesta a la “construcción desde abajo”; una agenda de inquietudes que van desde los derechos humanos, la economía social, la cultura popular, hasta las nuevas formas de comunicación y la renovación política; y una identidad donde confluyen de manera diversa peronismo, izquierda, setentismo y latinoamericanismo; este nuevo activismo juvenil se ha constituido en uno de los sectores más dinámicos y novedosos del kirchnerismo.

Dinámico: en el sentido del carácter activo de la militancia, la rápida capacidad de movilización, la consistencia organizativa y el sesgo creativo de la intervención en el debate público, eso que ya varios analistas denominan como “minoría intensa”; novedoso: en relación a que el kirchnerismo es el único espacio de la política nacional que cuenta con este tipo de militancia.

Por supuesto que el mismo se inscribe dentro de un proceso más general que tiene que ver con la recomposición de la base de apoyo social al gobierno, el cual se empezó a hacer visible durante los primeros meses de este año, conformado principalmente por los sectores más humildes de nuestra sociedad, donde fue decisiva una medida como la Asignación Universal por Hijo y el rol persistente de los movimientos sociales afines al gobierno; los asalariados formales, donde es clave la política oficial de alianza con las centrales obreras y promoción del empleo y recuperación del poder adquisitivo del salario a través de las paritarias y el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil; y una franja en expansión de sectores medios progresistas, que dio encarnadura social al debate contra el discurso mediático hegemónico y hoy se moviliza por el matrimonio igualitario frente a la corporación eclesiástica.

Sin embargo, es posible establecer algunos rasgos particulares que presenta este nuevo activismo juvenil, a partir de un breve repaso por nuestra historia reciente, que permita pasar en limpio algunas marcas que tallan sobre este renovado vínculo entre juventud y participación política.

2)En perspectiva de mediano plazo, los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre del 2001 y la política de derechos humanos del gobierno nacional, significarán dos momentos más que importantes para la relación entre juventud y política.

Los primeros, contienen un traspié decisivo al “no te metás” de los ‘80 y a la antipolítica de los ’90. Estos días y los posteriores van a encontrar a muchos jóvenes en las calles puteando no sólo contra un gobierno que una vez más había defraudado las expectativas de cambio y respondía con represión a las demandas populares, sino también desafiando a un sistema político que excluía la participación social.

Sin dudas, este acontecimiento dejará huellas que marcan hasta incluso hoy cierta dinámica de la política argentina, y sin el cual es difícil pensar la etapa de cambios que se abrió a partir del 2003.

Para los jóvenes implicará un retorno al espacio público. De la mano del enfrentamiento con la policía y la desobediencia al estado de sitio, poníamos en cuestión el recurso del miedo para inmovilizar, que tan bien había funcionado desde la dictadura, haciendo propio el reclamo – no sin los grises y ambigüedades con que se planteaba éste - de una participación más directa y protagónica en las decisiones colectivas, y una exigencia de renovación política con un fuerte rechazo a la “clase política” neoliberal.

Y esto, creo, es una nota fuerte que dejó como saldo la puesta en crisis de la representación política neoliberal en nuestro país.

La construcción de experiencias organizadas más sustantivas en términos democráticos, con estructuras flexibles y abiertas, capaces de contener la pluralidad y promover una vida interna que otorgue a la toma de decisiones un fuerte carácter colectivo, es un rasgo muy propio de las características que asumió la participación popular post diciembre del 2001.

Esto, por supuesto, no niega en sí mismo la representación o la constitución de liderazgos, como muchos mal interpretaron. Lo que sí puso en debate fueron los términos y los procesos a través de los cuales se fueron constituyendo los mismos – desprendidos del sustrato popular, en proporción a la captura de la política por la corporaciones económicas y mediáticas -, exigiendo su reformulación desde el diálogo directo con las demandas sociales y en procesos permanentes de abajo hacia arriba y viceversa.

La reconstrucción de la autoridad política a manos de Kirchner a partir del 2003 es ejemplo de ello. La definición de un nuevo vínculo entre política y demandas populares; la interpelación desde el discurso oficial al sujeto popular; la convocatoria a la movilización y a la acción directa para respaldar medidas de gobierno; la toma de decisiones públicas con el oído puesto en el reclamo social; y la apertura del Estado a los movimientos sociales y a los organismos de derechos humanos; son muestras de los términos en que se relegitima el liderazgo político y la representación después del 2001.

Ahora bien, en la juventud esta sensibilidad es más intensa. La distancia con que se fue fijando el vínculo con la política en los años de democracia, explican buena parte de esta primera desconfianza. Hubo que esperar un conflicto como el de la Mesa de Enlace, donde fue visible como nunca antes qué poderes y sectores sociales renegaban de este gobierno, para que se empiece a ver una creciente presencia juvenil en las manifestaciones de apoyo a este proceso político.

Y, por supuesto, la Ley de Medios. La batalla por la democratización de la información congregó a cientos de miles de jóvenes en la vigilia nocturna en que se aprobó la ley en el Senado, en un claro acto de toma de la palabra, tras años de estar sustraída por el discurso único y en donde el joven como tal, durante el ciclo de captura de la política por los medios hegemónicos, apareció estigmatizado según las épocas y las modas.

El año que lleva de una situación a la otra es el de la mayor proliferación y crecimiento de adhesiones juveniles, a través de numerosas agrupaciones de todo tipo o de experiencias novedosas como la de los “blogueros” o los “autoconvocados 6-7-8”.

En segundo lugar, la política de derechos humanos llevada adelante desde el 2003 permitió empezar a suturar esa fractura generacional que produjo la última dictadura cívico militar y el terrorismo de estado, y continuaron los sucesivos gobiernos democráticos.

Quienes nacimos en los años de la dictadura crecimos “huérfanos” de un relato político sobre los años ’60 y ’70. La política de derechos humanos del alfonsinismo mientras duró, lo fue a condición de clausurar el debate y la reflexión sobre lo sucedido en la década del setenta. La historia que se construía demonizaba lo hecho en el pasado, para arrancar con las estelas del horror de los últimos años de la dictadura y meterse enseguida en la agenda de temas que definían el camino sobre el que iba a surcar el retorno democrático al país.

Lo cierto es que sobre este manto de silencio, nuestra generación transitó casi instintivamente un trabajoso camino de reconstrucción de un punto de partida, constitutivo para cualquier identidad, que - por supuesto - nunca es un inicio en el vacío, sino que se inscribe en una historia colectiva; con la guía de la labor incansable, que en soledad y bajo la hegemonía social de la teoría de los dos demonios, llevaron adelante sobrevivientes y organismos de derechos humanos.

La nueva política de estado iniciada en el 2003 propició el encuentro entre memoria histórica, política y derechos humanos. A partir de un presidente que hacía visible su pertenencia a la generación de los setenta y se consideraba “hijo de las Madres de Plaza de Mayo”; la derogación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los Indultos; el retiro del cuadro de Videla en la ESMA; la recuperación de nuevos nietos y el avance de los juicios a los represores; nuestra generación, por primera vez, sintió de manera sustantiva que algo tenía que ver con la de los ’70 y cada vez más jóvenes se empezaron a reconocer como hijos de las Madres y su lucha.

Así, fue posible empezar a reponer la palabra política desde su dimensión colectiva, solidaria y transformadora, a través del reestablecimiento del puente histórico con la generación política de la que somos hijos.

Por supuesto, que esta apropiación de los setenta carga con un fuerte desafío. Esto está en debate y en cómo lo resolvamos se encuentra una de las claves para las posibilidades de resituar en términos generacionales el vínculo entre juventud y política. Una relación lineal y acrítica con los setenta, clausura más de lo que habilita a recrear una identidad política juvenil que si quiere ser masiva debe dar cuenta de los cortes históricos, de los cambios profundos y de las siempre renovadas demandas, intereses, prácticas y representaciones que cada generación porta.

Es necesario un vínculo dinámico, abierto y creativo que resignifique el legado de los 70, en función de la carga de historicidad que toda construcción política popular y transformadora - para ser tal - debe contener, pero que también permita proyectarlo hacia el contexto político actual, haciéndolo profundamente contemporáneo, a través de dar cuenta de las particularidades que caracterizan las prácticas políticas, sociales y culturales del presente.

3) Como parte del proceso de repolitización de la sociedad argentina que produjo el kirchnerismo, un sector creciente de jóvenes comenzó a establecer un renovado compromiso con la práctica política.

Este nuevo activismo juvenil - en proporción significativa, organizado en las bisagras de las estructuras políticas oficiales del kirchnerismo - no deja de señalar un debate que hace a los claroscuros de las lógicas sobre las que se afirma la fuerza política propia del gobierno: la tensión entre lo que podemos llamar como la “lógica de gestión” y la “lógica militante”. Entendiendo por la primera la práctica circunscripta a la administración de las cosas, de manera acrítica, despolitizada, y, en consecuencia, inhibida del potencial transformador que todo lugar institucional tiene en el marco de un proyecto político popular; y por la segunda, la noción de que la política es una práctica colectiva que interviene de manera transformadora sobre la realidad.

Por supuesto, que la presencia de la primera es propia de las contradicciones de todo proceso de cambio y una marca profunda de la herencia neoliberal de los ’90.

En cómo redefinamos esta ecuación también están cifradas las perspectivas mediatas y de largo alcance de reformular el sistema político y fortalecer los partidos, en clave de sustancializarlos, democratizarlos e ideologizarlos, sobre el fondo de un renovado compromiso ciudadano con la política y lo público; lo que siempre redunda en la posibilidad de un horizonte más pleno para la democracia y, en paralelo, en el debilitamiento de la capacidad de las corporaciones y los poderes económicos de someter a los partidos políticos a sus intereses, aún a costa de las propias historias de aquellos.

Ahora bien, el desafío para quienes afirmamos la militancia como concepto central de la política es construir una idea de ésta que no niegue la gestión, sino que la incorpore, imprimiéndole la politicidad, la dimensión colectiva, la subjetivación y la inscripción social propia de la lógica militante.

Tal vez ahí sea cuando la política despliega de manera más plena su capacidad de transformación. Esto, claro, nos empuja a definir una nueva idea militante. Una noción de militancia integral que comprenda dualidades muchas veces planteadas en términos dicotómicos: gestión-transformación; deliberación-decisión; pluralidad-homogeneidad; crítica-convicción; pasión-responsabilidad; individualidad-totalidad; horizontalidad-verticalidad; participación-representación.

Lo que implica resignificar la noción de militancia desde una perspectiva profundamente democrática y popular: es decir, en tanto práctica encarnada en el proceso popular, y no como exterioridad al mismo; promotora del protagonismo colectivo en la construcción de toma de decisiones; y donde la juventud se inscriba como parte del mismo – y no como un todo, que conduzca a conocidos desacoples entre la práctica política y lo popular - desde una concepción movimientista de la articulación del sujeto popular y los modos en que despliega su participación política.

La oportunidad es histórica. Por primera vez, desde el retorno a la democracia los jóvenes estamos ante la posibilidad de trazar una nueva relación entre participación y política que nos permita forjar la primera generación militante del siglo XXI; decisivo para las posibilidades presentes y futuras de consolidar y profundizar un proyecto político de nación, democrático y con justicia social.

Rosario, agosto de 2010.
www.encuentroproyectonacional.blogspot.com

miércoles, agosto 04, 2010

Sobre las retenciones

¿Mejor Felipe?

El diputado Felipe Solá soltó la siguiente frase: “Estamos llenos de legisladores que se dan vuelta”. Yo no entiendo. Recordemos un poquito “las veces que se ha dado vuelta" Felipe Solá:

1. Solá quién por allá al comienzo de los noventa cuando estaba a punto de sumarse al Grupo de los 8 (aquel que fundó Germán Abdala cuando el presidente Menem indultó a los militares condenados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar junto con Chacho Álvarez, Darío Alessandro, Luis Brunati, Juan Pablo Cafiero, Franco Caviglia, Moisés Fontela y el “Conde Ramos”) recibió una invitación de parte del entonces presidente Menem y se fue corriendo a sus brazos para convertirse en el Secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos del menemismo. (De la izquierda a la derecha).

2. En 1999 acompañó a Carlos Ruckauf en la fórmula, convirtiéndose en vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. Siendo así aliado de la política de la “mano dura” y de quién distribuía sólo una zapatilla con su firma. Cuando Eduardo Duhalde accedió a la presidencia del país en 2002, tras la renuncia de Fernando de la Rúa, Ruckauf renunció o más bien huyó despavorido de la gobernación para asumir como Ministro de Relaciones Exteriores, y Solá quedó como gobernador. (A la derecha).

3. En 2003 es reelecto como gobernador en 2003 en alianza con Duhalde. (A la derecha).

4. También en 2003, pero poco más tarde, rompe con Duhalde y se alinea con Néstor Kirchner en el Frente para la Victoria. (A la izquierda).

5. En 2008 siendo diputado electo por el Frente para la Victoria por la Provincia de Buenos Aires votó en contra de la Resolución 125 y rompió con Kirchner. (A la derecha).

6. Desde entonces coquetea con diferentes referentes opositores. Fue electo diputado en 2009 por la Unión-PRO en alianza con Francisco De Narváez y Mauricio Macri (alianza que ya se rompi'o). Y también ha estado negociando acuerdos con Lilita Carrió (A la derecha).

Por eso es que decimos que, dados sus propios antecedentes, la frase de Solá “estamos llenos de legisladores que se dan vuelta” o bien es puro cinismo o es un chiste sobre sí mismo.

¿Mejor Felipe? ¿Cuál proyecto político detrás de Felipe, sino sólo su afán por ser protagonista y ocupar lugares de poder?

lunes, agosto 02, 2010

Una respuesta a Antonio Cafiero

Hace unas semanas salió publicado en el periódico Página 12 un artículo de Antonio Cafiero titulado La unidad del peronismo (ver link:http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-148041-2010-06-22.html), poco después el mismo salió en la revista Reseñas y debates (año 6, número 55, junio 2010) pero esta vez con una serie de comentarios/respuestas. Pues bien, les adjunto la respuesta que me publicaron a mí.

Una nueva oleada de expansión de derechos
En primer lugar, quisiera mencionar algunos lineamientos generales con los que concuerdo. Básicamente son tres: que frente a las próximas elecciones presidenciales hay que tratar de sumar a la mayor cantidad de compañeros para alcanzar una victoria y evitar la llegada de un gobierno no popular; que los elementos a partir de los cuales se articula la identidad del peronismo son los significantes justicia social, soberanía política e independencia económica y que la salida a la disputa entre los peronistas kirchneristas y los disidentes es política.
Ahora, si bien los elementos a partir de los cuales se articula el discurso y la identidad peronista son los arriba mencionados (justicia social, soberanía política e independencia económica) y, en este sentido, toda demanda articulada a partir de éstos entraría –en principio aunque no necesariamente- en el universo peronista, lo que tenemos es una disputa acerca del sentido de dichos significantes. Vaya, aunque haya una articulación política –la peronista- que históricamente se ha construido a partir de dichos elementos, en términos generales hay hoy en día dos grandes proyectos políticos contrapuestos que se disputan su sentido. Y dicha disputa está atravesada por la contraposición entre derecha e izquierda. Hay dentro del peronismo un proyecto político conservador -de derecha- y otro proyecto político progresista -de izquierda-. Por eso entiendo que la diferenciación fundamentalmente política entre derecha e izquierda sigue estando vigente y no se trata meramente de una “distinción entre una izquierda moral y una derecha pacata”. La diferencia es política.
Todos sabemos que esta diferencia no es una novedad en el peronismo. Si lo que condensa una serie de pluralidades es, por ejemplo, el elemento “justicia social”, la disputa política es por el significado que se le adosa a tal significante. Todo el mundo dentro del universo peronista está de acuerdo con dicho significante, más: ¿qué entendemos por justicia social? ¿Cómo podemos alcanzarla? Allí está la disputa política: ¿consideramos al mercado como asignador eficiente de recursos o entendemos que es el estado el que debe intervenir activamente? En este sentido, la dicotomía entre derecha e izquierda sigue vigente porque la dicotomía capital – trabajo también lo está. Entonces, ¿qué privilegiamos? ¿El mercado sobre el estado o viceversa? ¿Lo público o lo privado? ¿El capital o el trabajo? Y estas opciones binarias son las que atraviesan el debate político actual, no sólo en la Argentina sino en todas las democracias occidentales y esta disputa responde a la diferencia entre izquierda y derecha.
En la década del noventa todos sabemos qué lado de estos pares binarios prevaleció. Sin ahondar en ejemplos porque son muchos, demasiados, recuerdo la campaña Carlos Menen en oportunidad de su reelección. Allá por 1995 se instalaba la demanda por combatir la desocupación. Y la respuesta ante tal demanda, desde el peronismo, era que la lucha en contra el desempleo iba aunada con la necesidad de modernizar y flexibilizar las leyes laborales, en pocas palabras, con la necesidad de recortar los derechos laborales para generar más empleo. ¿Derecha o izquierda?
Entonces, comparto la preocupación porque una eventual derrota del peronismo en las elecciones presidenciales de 2011 nos deje a las puertas de un gobierno que se acerque a lo que fuera la Alianza. Pero también me preocupa que prevalezca, en la disputa interna, un remozado peronismo la derecha. Comparto la preocupación por un eventual gobierno de Macri, Cobos o Carrió. Pero en términos de lineamientos políticos generales: ¿cuál es la diferencia entre el peronismo disidente –esto es, un Reutemann, un Puerta o un De Narváez- con un Macri? Me pregunto justamente esto, más allá del decir que pueda leerse en los medios de comunicación.
Sin dudas quién prevalezca en esta disputa marcará el destino del peronismo por los próximos años –y, en tanto tal, probablemente de la Argentina- ¿seremos un país inclusivo o no lo seremos?
Finalmente, quisiera decir que el período político que estamos viviendo –signado por las presidencias de los Kirchner- es claramente peronista. Y esto lo digo en el sentido de que el peronismo implicó históricamente un proceso de extraordinaria ampliación de derechos en nuestro país. Y el kirchnerismo expresa una nueva oleada de expansión de derechos en un sentido amplio. A saber: recuperación de derechos sociales -esos mismos que desde el peronismo dejamos perder en los noventa– a partir de que el estado ocupe una nueva centralidad; derechos políticos, en la medida en que se aplique la nueva ley de medios de comunicación audiovisuales: ¿cómo es posible la construcción de una opinión pública democrática cuando los medios están concentrados en las manos de unos pocos?; derechos civiles, sin ir más lejos, desde el momento en que el bloque peronista a través del Frente para la Victoria mayoritariamente apoya la modificación del Código Civil para permitir el casamiento entre personas del mismo sexo-; derechos culturales, en la medida en que los pueblos originarios han conseguido visibilidad y los recibe la Presidenta de la Nación, muchos nos falta por andar en este sentido y en todos los aspectos. Pero, por todo esto, creo que sólo desde el se peronismo se puede continuar la senda que él mismo inauguró y que supo andar como una opción concreta de expansión de derechos, a la manera histórica. Nacional y popular.

La foto de la ignominia



Después de esta foto, brutal acto de genuflexión de una parte de la dirigencia política frente a los sectores más concentrados de la economía, me pregunto: Margarita Stolbizer se seguirá llamando a sí misma progresista? Por ejemplo, se habrá sentido a gusto al lado del diputado Olmedo?

Cortometrajes del Bicentenario

Estimados y estimadas, comparto el siguiente link sobre los cortometrajes del Bicentenario. Una excelente producción. Saludos

www.25miradas.gob.ar

domingo, agosto 01, 2010

El Sr. Biolcati, Cristina y la disputa por decir quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde vamos


El discurso que dio Sr. Biolcati ayer en la Sociedad Rural, entre otras muchas cosas, fue un discurso que buscar decir quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde vamos. Es decir, toda una toma de posición política. Y fue un discurso que volvió a volcar en el espacio público ese relato “mitrista” de la historia que tanto le gusta al periódico La Nación. Fue un discurso, que desde la historiografía seria y rigurosa, sólo puede catalogarse de pobre, malo o burdo. Nada de sofisticación, llano, lato. Bruto.

Escuchamos a Sr. Biolcati ayer (lo mismo que a otros, por ejemplo Sr. Macri en oportunidad de los festejos del 25 de mayo) idealizar aquel lejano Centenario como un momento idílico al cual la Argentina debería regresar. Afirman que aquel fue el momento de una Argentina próspera, llamada a convertirse en una de las naciones más ricas y potentes del mundo que lamentablemente se habría perdido. Evidentemente esta idealización supone un brutal gesto ideológico: ensalzar a una Argentina que estaba ceñida a un corset liberal-conservador. Y ese corset implicaba una restricción fenomenal de derechos. En todas sus dimensiones: civiles, políticos, y ni que decir de los sociales y culturales.

Por ejemplo, y a modo de ilustración, podemos decir que aquel Centenario idealizado encontró a la Argentina en estado de sitio, con presidentes designados a dedo y electos a través de fraude, con la persecución de sindicalistas, anarquistas y socialistas –las cárceles se llenaban de presos políticos-, con una ley de residencia –que autorizaba a expulsar sin previo juicio- a los extranjeros que “perturbaran el orden público”- básicamente se trataba de contener la organización obrera que impulsaban los trabajadores inmigrantes, todo esto claro está enmarcado en un modelo de acumulación basado en la agroexportación que implicaba que un pequeño segmento de la población –la oligarquía (“los terratenientes esos hombres de bien que trabajan la tierra” que tanto ensalza Biolcati)- tuviera acceso a una renta extraordinaria y, la mayoría de la población, se encontrara condenada a la penuria.

Aquel modelo implicaba una fuerte lógica liberal, ya que estaba dominado por la idea rectora de que hay una suerte de orden natural de las cosas, es decir, el mercado, en donde a la Argentina le había tocado ser el “granero del mundo”, proveedor de materias primas y alimentos baratos y a Gran Bretaña ser el proveedor de manufacturas y capitales. Vaya, desde esta perspectiva le suponía que a la Argentina le había tocado un lugar determinado en la división internacional del trabajo que era una especie de orden dado de las cosas y que en cuanto tal no debía ser alterado.
Evidentemente, este “orden natural” suponía la no intervención de la política. Cualquier intervención de la política, en este supuesto orden natural del mercado, era impensado para estas elites liberales-conservadoras. Porque cualquier intervención de la política suponía “alterar” el orden de las cosas naturalmente dado, es decir, alterar el status quo imperante.

De allí la brutal restricción de derechos. Porque el ejercicio de derechos conlleva necesariamente la intervención política. No hay derechos sin política. La ampliación de derechos implica el avance de la política sobre espacios que supuestamente le están vedados. (En el vocabulario del pensamiento liberal se trata básicamente del mercado y la propiedad privada).

Además, de que estas élites conservadoras-liberales gobernantes estaban absolutamente identificadas con Europa. Y negaban cualquier pertenencia “latinoamericana de la Argentina”, con la consecuente negación de la identidad de nuestros pueblos originarios.

Pues bien, ¿con qué nos encontramos en este Bicentenario? El Bicentenario nos encuentra en un período político signado por una nueva expansión de derechos y con una lectura de quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde vamos diferente a la lectura conservadora “mitrista”. Uno de los más maravillosos hechos políticos de los festejos del Bicentenario es que por primera vez la palabra oficial, el decir de la historia estuvo a cargo del campo popular. Y ese es uno de los grandes valores simbólicos del Bicentenario hayamos tenido un gobierno como el de Cristina. Y eso fue lo que Sr. Biocati salió a denostar ayer en su discurso. Destilando odio, acusó al gobierno de ser autoritario, de estar crispado, de ser soberbio, etc. etc. Y lo más curioso es que se mostró preocupado por la “pobreza” y, claro está, de nada se hace cargo el Sr. Biolcati. Ignora por completo que la institución que lidera y la política que él defiende han sido las grandes responsables de la pobreza estructural de este país.

Pero todos sabemos que entre aquel Centenario y, este segundo, que acabamos de vivir, transcurrieron otros momentos de notable avance de derechos y de terribles retrocesos. Los dos grandes hitos de expansión de derechos han sido los gobiernos populares de Yrigoyen y, fundamentalmente, el de Perón. Y aquellos terribles retrocesos cuyo momento más brutal fue la última dictadura militar. Y no es casualidad que aquellos que han impulsado estos períodos de retrocesos de derechos, justamente elogien y entronen como modelo de país a aquella Argentina del Centenario.

Entonces, se entiende el odio de Sr. Biocati hacia el kirchnerismo. Porque el kirchnerismo ha implicado una ampliación de derechos y, en tanto, un deshacer de ciertos nudos del modelo neoliberal, tal como, la vuelta al sistema de reparto –derechos sociales-, la ley de medios audiovisuales –que tiene que ver con el pleno ejercicio de los derechos políticos, ¿qué posibilidad hay de ejercer efectivamente la ciudadanía política con el espacio de la opinión pública hegemonizada por unos pocos?-, la sanción del matrimonio igualitario –derechos civiles y derechos culturales, sin el mayoritario apoyo del FPV esto nunca hubiese sido posible-, la aparición en escena, se han hecho visibles los pueblos originarios, allí hay mucho camino por recorre –esto tiene que ver también con los derechos culturales-, etc.

A lo que voy es que estamos ante un período histórico de expansión de derechos. En todas sus dimensiones civiles, políticos, sociales y culturales. Ahora bien, sabemos perfectamente que no tenemos garantías de que estos avances, puedan en algún momento, ser cercenados por algún gobierno liberal-conservador. No tenemos garantías de nada. Como tampoco tenemos garantías que desde el campo popular no se cometan errores. En todo caso, siempre aún en el mejor de los procesos políticos faltará algo, habrá excesos, se cometerán errores.

Pero esto no debe desanimarnos, sino más bien, movilizar nuestra responsabilidad subjetiva. Ya que no hay nada garantizado, justamente por eso es que hay que militar y comprometerse políticamente. Defendamos al gobierno de Cristina.